Miembros del Grupo de Investigación PAI-HUM-440, Círculo del Estrecho, pertenecientes al proyecto Guadalteba han dado a conocer los primeros resultados tras la excavación de Cueva Enrique. Intervención que se enmarca en los estudios de la Universidad de Cádiz en el Proyecto Benzú (Ceuta).
Bajo la dirección de Eduardo Vijande, José Ramos y Darío Bernal ha finalizado la campaña de excavaciones arqueológicas realizada en la Cueva de Enrique, situada en el Mogote de Benzú en Ceuta. Este trabajo está enmarcado en un convenio de colaboración entre la UCA y la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Esta excavación se enmarca en la continuidad de los estudios que la Universidad de Cádiz viene realizando en Ceuta, desde el año 2002 de sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras y tribales comunitarias neolíticas.
Esta cueva se descubrió en 2010 en el marco de las prospecciones sistemáticas que el equipo realizó en Ceuta para completar y conocer mejor el territorio inmediato al Abrigo y Cueva de Benzú.
Cueva de Enrique nos aporta una nueva secuencia cronoestratigráfica, con depósitos arqueológicos que va a continuar ofreciendo información de gran interés del medio natural Pleistoceno y Holoceno.
El sondeo se ha realizado en 13 cuadrículas. Ha ofrecido en síntesis, 4 niveles estratigráficos, de los cuales nos interesa por ahora destacar la homogeneidad e interés de los estratos 3 y 4, que presentan registros óseos y faunísticos vinculados con ocupaciones de época prehistórica, con gran similitud a los niveles con tecnología de Modo III-Musteriense de Abrigo de Benzú.
Están en marcha los estudios geológicos (con responsabilidad de Salvador Domínguez-Bella) y medioambientales que permitirán ofrecer ampliar el conocimiento de la secuencia, con nuevos datos croestratigráficos y paleoecológicos.
Se ha realizado la topografía y estudio documental de la cavidad (por Antonio Luque del Espeleo Club Algeciras).
En cuanto a los estudios de fauna indicar la interesante información aportada por los datos nuevos de fauna terrestre (estudiados por Antonio Monclova y Jesús Toledo) y especialmente de fauna marina (estudiados por Juan Jesús Cantillo), que hablan de un aprovechamiento de recursos que ofrecía la fauna potencial pleistocena con documentación de Bos primigenius, procedente del estrato 3, así como otros muchos registros de huesos fracturados, que se encuentran en fase de estudio y están situados en toda la secuencia estratigráfica.
Por otro lado, las evidencias de fauna marina, nos muestra la presencia de bivalvos marinos -Callista chione- y de gasterópodos marinos, como - Cerithium sp., Columbella rustica, Conus mediterraneus, Gasterópodo indeterminado, Nassarius mutabilis, Osilinus lineatus, Patella caerulea, Patella ferruginea, Patella sp., Siphonaria pectinata-
Igualmente está documentada la presencia de peces con un ejemplar de la familia Sparidae, adscribible a la dorada (Sparus aurata). Hemos aportado un avance destacado de un análisis tafonómico, de las zonas potenciales de recolección, donde se observa una cierta preeminencia por especies gasterópodas de la zona mesolitoral alta y en menor medida la zona infralitoral. También se han realizado avances de las técnicas de recolección.
Otro apartado de gran interés de este estudio ha sido el correspondiente al análisis de las materias primas líticas talladas (en estudio por Salvador Domínguez-Bella). Se ha observado el predominio de areniscas compactas y la presencia de sílex radiolaríticos.
Los productos líticos tallados (estudiados por José Ramos, Eduardo Vijande, Antonio Cabral, Antonio Barrena, Jesús Cantillo, Adolfo Moreno y Ana Doyague) muestran la presencia en los estratos 3 y 4 de BN2G-núcleos- de técnica levallois y centrípeta, con BP-lascas-, donde destacan las de técnica levallois, e internas, aunque están representadas las del inicio de la talla. Y entre los productos retocados-BN2G- se han documentado sobre todo muescas y denticulados -D21 y D23-, estando representados en el estrato 1, ejemplares de BN2G-raederas de tipos característicos R11, R21, R22, R23.
Todo ello permite vincular claramente la existencia de relaciones con los pobladores del Abrigo de Benzú, lo que llevaría a manifestar una ocupación-refugio de esta cavidad por sociedades cazadoras-recolectoras del Pleistoceno con tecnología de Modo III-Musteriense. El Abrigo de Benzú era un lugar de oteo y control de la caza, así como de aprovechamiento y manipulación de recursos líticos, y de control de recursos marinos.
Toda esta interesante información aporta datos para el conocimiento de los modos de vida, del dominio territorial, como estrategia socioeconómica y de prácticas sociales de los grupos cazadores-recolectores-pescadores paleolíticos.
Se han documentado también ocupaciones de los siglos XVIII y XIX (en estudio por Darío Bernal, Nicolás Muñoz y Lorena Hoyo).
El equipo de investigación de la Universidad de Cádiz prepara la Memoria del Proyecto Benzú, que analiza de forma interdisciplinar este interesante yacimiento que es clave para conocer las ocupaciones humanas del territorio de la región histórica del Estrecho de Gibraltar.